Guarda mis mandamientos y vive; y mi ley como la niña de tus ojos.

Ver. 2. Guarda mis mandamientos y vive. ] "Vivir", es decir, vivir felizmente. Yo soy el Señor que te enseña para provecho, por tanto, guarda mis mandamientos; Isa 48:17 como si Dios dijera: Para tu provecho te mando, y no para el mío. "Haciendo esto hay gran recompensa", dice David, Sal 19:11 y recompensa presente, dice Salomón aquí, Hazlo y vive. En la corte de los príncipes terrenales hay retrasos y cambios αναβολη και μεταβολη.

Los hombres cumplen sus promesas de forma intermitente; también son lentos y flojos en sus actuaciones. Pero aquí es diferente: la mismísima "exposición de tu palabra alumbra", Salmo 119: 130 y el mismo comienzo de la obediencia da vida. Es solo "Oye, y tu alma vivirá", Isa 55: 3 "He aquí, vengo pronto, y mi recompensa está conmigo". Apocalipsis 22:12

Y mi ley como la niña de tus ojos. ] Con toda caridad y circunspección. La menor mota ofende la vista y la menor desviación viola la ley. El pecado es homogéneo, todos de una clase, aunque no todos del mismo grado; como el guijarro más pequeño es una piedra, así como la roca más grande, y como la gota de un cubo es agua, así como el océano principal. Por lo tanto, los pecados más pequeños son reprochados en la Escritura con los nombres de los más grandes.

La malicia se llama matanza del hombre, la lujuria adulterio, etc. la concupiscencia es condenada por la ley, incluso los primeros movimientos del pecado, aunque nunca llegan a consentir. Rom 7: 7 La hemorragia interior puede matar a un hombre. De minutis non curat lex, dice el civil; pero la ley de Dios es espiritual, aunque seamos carnales. Y así como la luz del sol nos muestra átomos y motas que hasta entonces no habíamos discernido, así la ley descubre y censura los defectos más pequeños.

Por lo tanto, debe mantenerse curiosamente, incluso "como la niña de los ojos", como ese hombrecillo a en el ojo, que no se puede tocar pero se irritará. Cuidado, debemos estar incluso en la minutula legis, los puntos del deber. Los hombres no perderán ni un ápice de oro a la ligera. B

a אישׁון ab אישׁ

b Neque enim auri tantum massas tollunt, sed et bracteolas.

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