Porque el que me hallare hallará la vida, y alcanzará el favor del SEÑOR.

Ver. 35. Porque el que me encuentra, encuentra la vida. ] No sea que algún hombre considere demasiado difícil esperar a las puertas de la sabiduría, como guardias de los príncipes, o como hicieron los levitas en el templo, ella les dice lo que tendrán para hacerlo.

Y obtendrá el favor. ] Que es mejor que la vida. El favor de Dios no es un favor vacío; no es como el sol de invierno, que proyecta un bello rostro cuando brilla, pero da poco calor o consuelo. Como el aire no alumbra sin el sol, ni la madera se calienta sin el fuego, tampoco nada puede dar consuelo sin el favor de Dios.

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