Bienaventurado el hombre que me escucha, vigilando cada día a mis puertas, esperando en los postes de mis puertas.

Ver. 34. Esperando en los postes de mis puertas. ] En las escuelas y sinagogas, dicen los hebreos, donde los hombres deben entrar con los primeros y salir con los últimos, como hacen los porteros, que era el oficio que David deseaba. Sal 84:10

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