Que apacigua el estruendo de los mares, el estruendo de sus olas y el tumulto de los pueblos.

Ver. 7. Que apacigua el ruido de los mares ] Haciendo una calma a su gusto; tiene el mar mismo, esa criatura brutal, a su entera disposición; así también los demonios y los hombres sin amo, que buscan subvertir el gobierno civil y nivelar todo. De ahí sigue,

El ruido de sus olas y el tumulto de la gente ] Cuando están en alboroto y contiendas entre ellos (Virg. Eneid).

- Saevitque animis ignobile vulgus,

Iamque faces et saxa volant, furor arms ministrat.

Ahora es sólo Dios quien puede mitigar estos tumultos; otros pueden provocar contiendas, pero sólo Dios puede limitarlo , dice Píndaro, Rαδιον πολιν σεισαι και του τυχοντος, αλλ αυθις καθισταναι μονου θεου θερας . Es el solo

Qui terram inertem, qui mare temperature

Ventosum, et urbes regnaque tristia,

Turbas mortalescas divosque

Imperio regit unus aequo.

(Horat. Abdías 1:4 , lib. 3.)

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