1-10 Durante la última enfermedad de David, muchos sumos sacerdotes y levitas estaban en Jerusalén. Al encontrarse con fuerzas, David habló sobre su propósito de construir un templo para Dios y sobre la desaprobación de Dios hacia ese propósito. Les reveló los propósitos llenos de gracia de Dios con respecto a Salomón. David les instó a permanecer firmes en Dios y en su deber. No podemos hacer nuestro trabajo como debemos a menos que adoptemos la determinación y recibamos fuerza de la gracia divina. La religión o la piedad tienen dos partes distintas. La primera es el conocimiento de Dios y la segunda es la adoración a Dios. David dice: "Conoce al Dios de tu padre y sírvele de corazón íntegro y con ánimo voluntario". Dios se da a conocer por sus obras y su palabra. La revelación muestra por completo el carácter de Dios, su providencia, su santa ley, su condenación de los pecadores, su evangelio bendito y la administración del Espíritu a todos los verdaderos creyentes. El hombre natural no puede recibir este conocimiento de Dios. Pero así aprendemos el valor de la expiación del Salvador y de la santificación del Espíritu Santo, y somos influenciados a vivir de acuerdo con todos sus mandamientos. Lleva a un pecador a su lugar adecuado al pie de la cruz, como un pobre gusano culpable e indefenso, merecedor de ira, pero esperando todo lo necesario de la libre misericordia y gracia de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Después de haber sido perdonado mucho, el pecador perdonado aprende a amar mucho.

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