20-28 Nunca la corona de Israel brilló tanto como cuando Salomón la usó. Tenía paz por todos lados. Aquí, su reino era un tipo del Mesías; porque a Él se le promete que tendrá las naciones para su herencia, y que los príncipes lo adorarán. La paz espiritual, el gozo y la seguridad santa de todos los súbditos fieles del Señor Jesús fueron tipificados por los de Israel. El reino de Dios no es, como lo fue Salomón, carne y bebida, sino lo que es infinitamente mejor, justicia y paz, y gozo en el Espíritu Santo. La gran cantidad de sus asistentes, y el gran recurso para él, se muestran en la provisión diaria. Aquí Cristo supera con creces a Salomón, que alimenta a todos sus súbditos, no con el pan que perece, sino con lo que perdura hasta la vida eterna.

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