1-5 David esperó con la secreta esperanza de que el Señor lo ayudaría a salir de su dificultad. Pero parece haber sido influenciado demasiado por el miedo al hombre, al aceptar asistir a Achish. Es difícil acercarse al borde del pecado y no caer. Dios inclinó a los príncipes de los filisteos a oponerse al empleo de David en la batalla. Así, su aversión se hizo amigo de él, cuando ningún amigo podía hacerle tanta amabilidad.

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