35-37 Esa noche que siguió al envío de este mensaje a Ezequías, el cuerpo principal de su ejército fue asesinado. Mira cuán débiles son los hombres más poderosos ante Dios Todopoderoso. ¿Quién se endureció contra Él y prosperó? Los propios hijos del rey de Asiria se convirtieron en sus asesinos. ¿Aquellos cuyos hijos son indignos, deberían considerar si no lo han sido para su Padre en el cielo? Esta historia exhibe una fuerte prueba del bien de la firme confianza y la confianza en Dios. Afligirá, pero no abandonará a su pueblo. Está bien cuando nuestros problemas nos ponen de rodillas. ¿Pero no reprende nuestra incredulidad? ¡Qué poco dispuestos estamos a descansar en la declaración de Jehová! ¡Qué ansioso saber de qué manera nos salvará! ¡Qué impaciente cuando se retrasa el alivio! Pero debemos esperar a que se cumpla su palabra. Señor, ayuda a nuestra incredulidad.

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