12-18 Aquí se repite la ley concerniente a los siervos hebreos. Se añade una disposición que requiere a los amos poner algún capital en manos de sus siervos para que puedan establecerse por sí mismos cuando salgan de su servidumbre, en la cual no habían recibido salario. Podemos esperar bendiciones familiares, fuentes de prosperidad familiar, cuando cumplimos con nuestro deber hacia nuestras relaciones familiares. Debemos recordar que somos deudores de la justicia divina y no tenemos nada con qué pagar. Somos esclavos, pobres y pereciendo. Pero el Señor Jesucristo, al empobrecerse y derramar su sangre, ha hecho una provisión completa y gratuita para el pago de nuestras deudas, el rescate de nuestras almas y el suministro de todas nuestras necesidades. Cuando el evangelio se predica claramente, se proclama el año aceptable del Señor; el año de liberación de nuestras deudas, de la liberación de nuestras almas y de la obtención de descanso en Él. Y a medida que la fe en Cristo y el amor por Él prevalecen, triunfarán sobre el egoísmo del corazón y sobre la falta de amabilidad del mundo, eliminando las excusas que surgen del incredulidad, la desconfianza y la avaricia.

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