1-11 Ezequiel debía recibir las verdades de Dios como alimento para su alma, y ​​alimentarse de ellas por fe, y él sería fortalecido. Las almas bondadosas pueden recibir esas verdades de Dios con deleite, que hablan terror a los malvados. Debe hablar todo eso, y solo eso, que Dios le habló. ¿Cómo podemos hablar mejor la mente de Dios que con sus palabras? Si está decepcionado con su gente, no debe ofenderse. Los ninivitas fueron forjados por la predicación de Jonás, cuando Israel fue humillado y sin reforma. Debemos dejar esto a la soberanía divina y decir: Señor, tus juicios son un gran abismo. No considerarán la palabra del profeta, porque no considerarán la vara de Dios. Cristo promete fortalecerlo. Debe continuar en la predicación, sea cual sea el éxito.

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