1,2 Todos los hijos de Jacob vivían. El hecho de que los uniera era un precepto para que se unieran en el amor, no para mezclarse con los egipcios; y predijo que no deberían separarse, como lo fueron los hijos de Abraham y los de Isaac, sino que todos deberían formar un solo pueblo. No debemos considerar esta dirección como la expresión de sentimientos privados de afecto, resentimiento o parcialidad; pero como el lenguaje del Espíritu Santo, declarando el propósito de Dios respetando el carácter, las circunstancias y la situación de las tribus que descendieron de los hijos de Jacob, y que pueden rastrearse en sus historias.

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