20-23 El Señor preservará a Zorobabel y al pueblo de Judá, en medio de sus enemigos. Aquí también se predice el establecimiento y la continuidad del reino de Cristo; por la unión con la cual su pueblo está sellado con el Espíritu Santo, sellado con su imagen, distinguiéndose así de todos los demás. Aquí también se predice los cambios, incluso en ese momento cuando el reino de Cristo derrocará y ocupará el lugar de todos los imperios que se opusieron a su causa. La promesa tiene una referencia especial a Cristo, quien descendió de Zorobabel en línea directa, y es el único Constructor del templo del evangelio. Nuestro Señor Jesús es el Sello en la mano derecha de Dios, porque todo el poder se le da y se deriva de él. Por él, y en él, todas las promesas de Dios son sí y amén. Cualesquiera que sean los cambios que ocurran en la tierra, todos promoverán la comodidad, el honor y la felicidad de sus sirvientes.

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