1-10 Aquellos que odian a los adoradores de Dios, a menudo tienen la apariencia de piedad, para que puedan lastimarlos más fácilmente. Como la muerte a menudo se encuentra con los hombres donde menos lo esperan, debemos buscar continuamente si estamos en ese estado y estado de ánimo, como desearíamos que nos encontraran cuando nos llamen para comparecer ante nuestro juez. A veces el rescate de la vida de un hombre es su riqueza. Pero aquellos que piensan sobornar a la muerte, diciendo: No nos maten, porque tenemos tesoros en el campo, se encontrarán miserablemente engañados. Esta melancólica historia nos advierte que nunca debemos estar seguros en este mundo. Nunca podemos estar seguros de la paz en este lado del cielo.

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