29-33 Elihu muestra que el gran y gracioso diseño de Dios hacia los hijos de los hombres es salvarlos de ser para siempre miserables y hacerlos felices para siempre. Por cualquier medio que nos alejemos de nosotros, bendeciremos al Señor para ellos al menos, y debemos bendecirlo por ellos aunque sean dolorosos y angustiosos. Los que perecen para siempre no tienen excusa, porque no serían sanados.

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