15-27 Los sacerdotes y gobernantes deben nombrar un ayuno solemne. La súplica del pecador es: Ahórranos, buen Señor. Dios está listo para socorrer a su pueblo; y él espera ser amable. Oraron para que Dios los perdonara, y él les respondió. Sus promesas son respuestas reales a las oraciones de fe; con él diciendo y haciendo no son dos cosas. Algunos entienden estas promesas en sentido figurado, como señalando la gracia del evangelio, y como cumplidas en las abundantes comodidades atesoradas por los creyentes en el pacto de la gracia.

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