21-29 Las tribus tomaron las reprensiones de sus hermanos en buena parte. Con solemnidad y mansedumbre procedieron a dar toda la satisfacción en su poder. La reverencia de Dios se expresa en la forma de su atractivo. Esta breve confesión de fe eliminaría la sospecha de sus hermanos de que tenían la intención de adorar a otros dioses. Siempre hablemos de Dios con seriedad, y mencionemos su nombre con una pausa solemne. Aquellos que hacen un llamamiento al cielo con un descuidado "Dios sabe", toman su nombre en vano: es muy diferente a esto. Expresan una gran confianza en su propia honestidad en el asunto de su atractivo. "Dios lo sabe", porque conoce perfectamente los pensamientos y las intenciones del corazón. En todo lo que hacemos en religión, nos preocupa mucho aprobarnos ante Dios, recordando que él conoce el corazón. Y si Dios conoce nuestra sinceridad, debemos estudiar de la misma manera para que otros lo sepan por sus frutos, especialmente aquellos que, aunque nos confunden, muestran celo por la gloria de Dios. Desdeñaron el diseño del que se sospechaba que eran culpables, y explicaron completamente su verdadera intención al construir este altar. Aquellos que han encontrado el consuelo y el beneficio de las ordenanzas de Dios, no pueden sino desear preservarlos hasta su simiente, y usar todo el cuidado posible para que sus hijos puedan ser considerados parte de él. Cristo es el gran altar que santifica cada regalo; La mejor evidencia de nuestro interés en él es la obra de su Espíritu en nuestros corazones.

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