57-66 En estos versículos tenemos un relato del nacimiento de Juan el Bautista, y la gran alegría entre todos los parientes de la familia. Se le llamará Johanan, o "Gracioso", porque traerá el evangelio de Cristo, en el que la gracia de Dios brilla más. Zacarías recuperó el habla. La incredulidad le cerró la boca, y la creencia se la volvió a abrir: él cree, por eso habla. Cuando Dios abre nuestros labios, nuestras bocas deben mostrar su alabanza; y mejor estar sin habla, que no usarla para alabar a Dios. Se dice que la mano del Señor estaba trabajando con Juan. Dios tiene maneras de obrar con los niños en su infancia, que no podemos explicar. Debemos observar los tratos de Dios, y esperar el acontecimiento.

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