67-80 Zacarías pronunció una profecía sobre el reino y la salvación del Mesías. El evangelio trae luz con él; en ella amanece el día. En Juan el Bautista comenzó a romperse, y aumentó rápidamente al día perfecto. El evangelio está descubriendo; muestra aquello sobre lo que estábamos completamente en la oscuridad; es dar luz a aquellos que se sientan en la oscuridad, la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Está reviviendo; trae luz a aquellos que se sientan a la sombra de la muerte, como prisioneros condenados en el calabozo. Está dirigiendo; es para guiar nuestros pies en el camino de la paz, en ese camino que nos llevará a la paz por fin, Romanos 3:17. Juan dio pruebas de una fe fuerte, un afecto vigoroso y sagrado, y de estar por encima del miedo y el amor del mundo. Así él maduró para la utilidad; pero vivió una vida retirada, hasta que se presentó abiertamente como el precursor del Mesías. Sigamos la paz con todos los hombres, así como busquemos la paz con Dios y nuestras propias conciencias. Y si es la voluntad de Dios que vivamos desconocidos para el mundo, sigamos buscando diligentemente fortalecernos en la gracia de Jesucristo.

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