15-22 Los fariseos enviaron a sus discípulos con los herodianos, un partido entre los judíos, que estaban a favor de la plena sujeción al emperador romano. Aunque opuestos entre sí, se unieron contra Cristo. Lo que decían de Cristo era correcto; lo supieran o no, bendito sea Dios, lo sabemos. Jesucristo fue un Maestro fiel, y un audaz reprensor. Cristo vio su maldad. Cualquiera que sea la máscara que se ponga el hipócrita, nuestro Señor Jesús ve a través de ella. Cristo no se interpuso como juez en asuntos de esta naturaleza, pues su reino no es de este mundo, pero ordena la sujeción pacífica a los poderes. Sus adversarios fueron reprendidos, y a sus discípulos se les enseñó que la religión cristiana no es enemiga del gobierno civil. Cristo es y será la maravilla, no sólo de sus amigos, sino de sus enemigos. Admiran su sabiduría, pero no se dejan guiar por ella; su poder, pero no se someten a él.

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