44-47 Cuando las solemnidades de un día de acción de gracias dejan tales impresiones en los ministros y en la gente, que ambos son más cuidadosos y alegres en el cumplimiento de su deber, de hecho son aceptables para el Señor, y se vuelven de buena cuenta. Y cualquier cosa que hagamos, debe ser purificada por la sangre rociada, y por la gracia del Espíritu Santo, o no puede ser aceptable para Dios.

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