6-12 Aquí hay promesas preciosas para el pueblo de Dios, que miran al estado de los judíos, e incluso a los últimos días de la iglesia. La predicación del evangelio es el llamado de Dios para que las almas vengan a Jesucristo. Aquellos a quienes Cristo redimió por su sangre, Dios los reunirá por su gracia. Las dificultades se superarán fácilmente y de manera efectiva, como aquellas en el camino de la liberación de Egipto. Dios mismo será su fuerza y ​​su canción. Cuando nos resistimos y superamos a nuestros enemigos espirituales, nuestros corazones se regocijarán. Si Dios nos fortalece, debemos perfeccionarnos en todos los deberes de la vida cristiana, debemos estar activos en la obra de Dios; y debemos hacer todo en el nombre del Señor Jesús.

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