Ofrecer - Que nos des tanto riquezas para hacer tal ofrenda, como un corazón dispuesto a ofrecerlas, que son los dones y los frutos de tu buena gracia y misericordia para con nosotros. De lo tuyo - Te devolvemos solo lo que hemos recibido y, por lo tanto, solo te pagamos una deuda. Cuanto más hacemos por Dios, más en deuda estamos con él; por el honor de estar empleados en su servicio, y por la gracia que nos permite servirle en cualquier medida.

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