Abdías: siendo apreciado por Acab por su gran prudencia y fidelidad, y por lo tanto complacido en cuanto a la adoración de los becerros y Baal. Pero, ¿cómo se podía decir que él y algunos otros israelitas temían al Señor, cuando no subieron a Jerusalén para adorar, como Dios había mandado? Aunque parecen no ser totalmente excusables en este descuido, sin embargo, debido a que adoraron a Dios en espíritu y en verdad, y cumplieron con todos los deberes morales para con Dios y sus hermanos, y se abstuvieron de la idolatría, siendo apartados de Jerusalén por la violencia, Dios revela su debilidad. Aquí en.

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