Cantar - Tan aceptables son las fervientes oraciones del pueblo de Dios a Dios, y tan terribles para sus enemigos. Emboscadas - O, mentirosos al acecho, o los santos ángeles, que aparecieron en forma de hombres, y posiblemente se pusieron las apariencias y rostros de los moabitas o amonitas, y en esa forma mataron al resto, que suponiendo que esta matanza se realizara. por una parte de su propio ejército, cayó sobre ellos, y así estalló en matanzas mutuas.

O Dios levantó celos y animosidades entre ellos, que estallaron, primero en emboscadas secretas, que una parte tendió a otra, y luego en hostilidades abiertas para su total destrucción. Tan vanos son todos los intentos de los hombres contra Dios, que no necesita a nadie para destruir a sus enemigos sino a sí mismos, y sus propios errores y pasiones, que puede, cuando le plazca, armar contra ellos.

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