Lo es ... Lo fue en algunos aspectos, porque fue la voluntad de un Dios sabio y bueno, y por lo tanto lo mejor para ella. Cuando Dios llama a nuestros parientes más queridos por la muerte, nos conviene decir que está bien tanto para nosotros como para ellos. Bien está, porque todo está bien en lo que hace Dios: todo está bien con los que se han ido, si se han ido al cielo. Y nos va bien a los que nos quedamos atrás, si por la aflicción nos adelantamos en nuestro camino hacia allá.

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