Los pies - Ella cayó a sus pies y los tocó, como un suplicante más humilde y ferviente. Con todo, insinuó, lo que no se atrevía a expresar con palabras, que deseaba que él la acompañara. Déjala en paz, no la molestes, porque este gesto es un signo de un dolor extraordinario. Lo ocultó - Con lo cual quiere decir que lo que sabía o hacía no era por ninguna virtud inherente a él mismo, sino a Dios, quien le reveló sólo lo que le agradaba y cuando le agradaba.

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