Déjalo - El comienzo es abrupto; pero es conveniente y habitual en escritos de esta naturaleza, en los que las cosas no se relatan en un orden histórico y exquisito, sino que lo que se hizo primero se introduce, por así decirlo accidentalmente, después de muchos otros pasajes: como vemos en Homero , Virgilio y otros. Estas son las palabras de la esposa, en las que exhala su amor apasionado al esposo, a quien no nombra; porque era innecesario, por ser tan conocida por las personas a las que habla, y por ser la única persona que estaba continuamente en sus pensamientos.

Con besos, las habituales muestras de amor y buena voluntad, ella se refiere a las comunicaciones de su amor y favor, sus gracias y consuelos inspirados en ella por el Espíritu de Cristo. Tu amor - Este repentino cambio de persona es frecuente, en patéticos discursos. Primero habla de él como ausente, pero rápidamente se familiariza con él y, por ardiente deseo y fe, lo abraza como presente. Vino - Que la carne o bebida más deliciosa, o que todas las delicias sensibles, un tipo puesto para todos.

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