Del Señor: a quien, por tanto, no debes menospreciar con prácticas indignas o impropias. No os cortaréis a vosotros mismos, que eran las prácticas de los idólatras, tanto en la adoración de sus ídolos, en sus funerales, como en ocasiones de calamidades públicas. ¿No es esto como la orden de un padre a sus hijos pequeños, jugando con cuchillos, "¡No se corten ustedes mismos!" Esta es la intención de esos mandatos, lo que nos obliga a negarnos a nosotros mismos. El significado es: ¡No os hagáis daño! Y como esto también lo es, el diseño de providencias cruzadas, para quitarnos aquellas cosas por las que estamos en peligro de hacernos daño.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad