Cuarenta azotes - No parece superstición, sino prudente precaución, cuando los judíos no pasaran de treinta y nueve azotes, no sea que por error u olvido vayan más allá de sus límites, que se les ordenó mantener. Debería parecer vil - Debería ser despreciado por sus hermanos, ya sea por este uso cruel de él, como si fuera una bestia bruta, o por la deformidad o debilidad del cuerpo que podría producir una paliza excesiva.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad