Ante el Señor - En tus discursos privados a Dios; porque esto se va a decir ahora sobre la distribución de estos diezmos, que no se hizo en Jerusalén, sino en sus propias puertas o viviendas privadas. Y esto debe ser dicho ante el Señor, es decir, solemnemente, seriamente y de una manera religiosa, con el debido respeto a la presencia, la voluntad y la gloria de Dios.

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