No por tu justicia, ni por tu rectitud de corazón, ni por tu vida santa, que son las dos cosas que Dios sobre todas las cosas considera. Y, en consecuencia, excluye todo mérito. Y seguramente aquellos que no merecían esta Canaán terrenal, no podrían merecer el reino de gloria. Para cumplir la palabra - Para mostrar mi fidelidad en el cumplimiento de esa promesa que gentilmente hice y confirmé con mi juramento.

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