De acuerdo con todo lo que te muestro, Dios le mostró un plan exacto en poco, al que debe ajustarse en todos los puntos. Y Dios no solo le mostró el modelo, sino que también le dio instrucciones particulares sobre cómo enmarcar el tabernáculo, según ese modelo, en todas las partes del mismo. Cuando Moisés iba a describir la creación del mundo, aunque era una obra tan majestuosa y curiosa, dio una descripción muy breve y general de ella; pero cuando llega a describir el tabernáculo, lo hace con la mayor amabilidad y precisión imaginables: porque la iglesia de Dios y la religión instituida son más preciosas para él que todo el resto del mundo.

Y las Escrituras no se escribieron para describirnos las obras de la naturaleza (una visión general de las cuales es suficiente para llevarnos al conocimiento del Creador), sino para familiarizarnos con los métodos de la gracia y aquellas cosas que son puramente asuntos de revelación.

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