Parte de ella debía ser mecida primero ante el Señor, y luego quemada sobre el altar, primero se pusieron en las manos de Aarón para que las agitara de un lado a otro en señal de que habían sido ofrecidas a Dios, y luego serían quemadas. sobre el altar, porque el altar debía devorar la parte del sacrificio de Dios. Por tanto, Dios permitió que Aarón y sus hijos sirvieran a su mesa, y les quitó de las manos la carne de su altar. Aquí, por así decirlo, entre paréntesis, aparece la ley concerniente a los sacerdotes, parte de las ofrendas de paz posteriores, el pecho y la espalda, que ahora estaban divididos; Moisés tenía el pecho y la espaldilla se quemó en el altar con la parte de Dios.

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