Y Abram se postró sobre su rostro mientras Dios hablaba con él. O como alguien vencido por el resplandor de la gloria divina: Daniel y Juan hicieron lo mismo. O. Como quien se avergüenza de sí mismo y se sonroja al pensar en los honores hechos a alguien tan indigno. Se mira a sí mismo con humildad y a Dios con reverencia y, en señal de ambos, cae de bruces.

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