Dos naciones hay en tu vientre: ahora era grande no solo con dos hijos, sino con dos naciones, que no solo debían diferir mucho entre sí en sus modales, sino que debían competir entre sí en sus intereses, y el tema de la contienda debía sea ​​que el mayor sirva al menor, lo cual se cumplió en el sometimiento de los edomitas por muchas edades a la casa de David.

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