Tu corazón: este es un reconocimiento agradecido de la liberación de sus terrores y miserias anteriores. Dónde - Estas palabras dijeron en el momento de su angustia. El escriba, a quien llamamos maestro de reunión, debía hacer y mantener una lista de los soldados, y reunirlos cuando la ocasión lo requiriera: el receptor, recibió y distribuyó el dinero para los gastos de la guerra; y el que contaba las torres, inspeccionaba todas las partes de la ciudad y consideraba qué torres o fortificaciones debían construirse o repararse. Y a estos varios oficiales acudió la gente con gran distracción y confusión.

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