Los buenos - Vosotros que odiais no solo hacer el bien, sino el bien que se hace y los que lo hacen. El mal: escoge y disfruta tanto de las obras malas como de los trabajadores malvados. ¿Quién lo arranca? Vosotros que usáis el rebaño con tanta crueldad como el pastor, que en lugar de esquilar el vellón, arrancaría la piel y la carne.

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