De cada uno, no de cada persona, sino de cada tribu. Una vara - Esa vara, o vara, que los príncipes llevaban en sus manos como muestra de su dignidad y autoridad. El nombre de cada hombre, el de cada príncipe, porque siendo ellos los primogénitos y los jefes de sus tribus, podrían pretender ser sacerdotes por encima de todos los demás, si fuera comunicable a cualquiera de sus tribus, y además cada príncipe representaba a toda su tribu. que esta fue una decisión completa de la cuestión.

Y este lugar parece confirmar, que no sólo Coré y los levitas, sino también los de otras tribus disputaron con Moisés y Aarón sobre el sacerdocio, ya que pertenecía a toda la congregación, siendo todos santos.

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