Diez hombres para ser testigos: porque aunque dos o tres testigos eran suficientes, en asuntos de mayor peso usaban más. Y diez era el número habitual entre los judíos, en causas de matrimonio y divorcio, y traslación de herencias; quienes fueron a la vez jueces de las causas y testigos del hecho.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad