Con rectitud: amar y servir a Dios, y amar a su prójimo no solo de palabra, sino de verdad; y esto constantemente. Trabaja: se ocupa de actuar con justicia, de dar a cada uno lo que le corresponde, primero a Dios y luego a los hombres. Habla: Sus palabras y profesiones a Dios y a los hombres concuerdan con los pensamientos y propósitos de su corazón.

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