Clemente de Alejandría El Instructor Libro I

Enfermos, verdaderamente tenemos necesidad del Salvador; habiendo vagado, de uno para guiarnos; ciego, de uno para conducirnos a la luz; sediento, "de la fuente de la vida, de la cual cualquiera que ingiere, no tendrá más sed"; "[218]

Epístola de Cipriano LXII

Como también, en otro lugar, el Señor habla a la mujer samaritana, diciendo: "El que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; pero el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás"[19].

Arnobius contra los paganos Libro II

¿No libera a todos por igual quien invita a todos por igual? ¿O rechaza o repele a cualquiera de la bondad del Supremo que da a todos por igual el poder de venir a Él, a los hombres de alto rango, a los esclavos más humildes, a las mujeres, a los niños? A todos, dice, está abierta la fuente de la vida[449].

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