2 Corintios 8 - Introducción

Entrégate al Señor

2 Corintios Ocho

Pablo escribió acerca de las iglesias en Macedonia y su ejemplo al dar. Las iglesias de Macedonia incluían Filipos, Tesalónica y Berea. Pablo estaba recaudando dinero para ayudar a los cristianos en Jerusalén. Muchos de ellos eran muy pobres en ese momento. Los hermanos de Macedonia dieron a su capacidad y luego fueron mucho más allá de su capacidad en su ofrenda. Pablo no tuvo que rogarles que dieran; más bien le rogaron que aceptara su regalo.

Estos hermanos vieron el dar como un privilegio. Dieron más allá de lo que Pablo jamás había esperado. “Y no hicieron esto como esperábamos, sino que primero se entregaron a sí mismos al Señor, y a nosotros por la voluntad de Dios”. ( 2 Corintios 8:5 )

Tito debía asegurarse de que estos hermanos de hecho cumplieran lo que habían prometido hacer antes. Era hora de que los corintios hicieran lo que habían prometido acerca de dar para ayudar a los pobres. Pablo habló de dar como "una gracia". Dando demostramos la sinceridad de nuestro amor. Debemos ser como Jesús en nuestro dar. Él dio y nosotros debemos dar también. Dios juzga nuestro dar basado en los recursos que tenemos.

Paul quería estar seguro de que no había dudas sobre la honestidad en el manejo de este dinero. Evitó cualquier chisme sobre su papel en la colecta enviando a Tito y a su compañero a recogerla y acompañar a Pablo a llevarla a Jerusalén. También envió a un tercer hermano que tenía gran preocupación por los hermanos y por este trabajo para ayudar a asegurarse de que las cosas se hicieran correctamente. Esta ofrenda fue una gran prueba del amor cristiano desde muchos puntos de vista.