Los gentiles habían aceptado el mensaje de Dios Hechos once

Rápidamente se corrió la voz sobre lo que había sucedido en la casa de Cornelius. Los apóstoles y los hermanos en Judea oyeron que los gentiles habían aceptado la palabra de Dios. Cuando Pedro regresó a Jerusalén, algunos de los hermanos judíos comenzaron a discutir con él. Estaban molestos porque se había quedado en casa de los gentiles, y hasta había comido con ellos.

Peter revisó los detalles de los eventos que habían ocurrido. Explicó acerca de: (1) su visión en Jope, (2) cómo el ángel se le había aparecido a Cornelio, (3) cómo Dios le había ordenado que fuera a Cornelio, (4) cómo el Espíritu Santo había caído sobre los gentiles, y (5) cómo seis hermanos judíos habían sido testigos de lo que había sucedido. Pedro dijo que Dios les dio a los gentiles el mismo don del Espíritu Santo que les había dado a los judíos. Cuando escucharon a Pedro decir esto, dejaron de discutir y comenzaron a alabar a Dios. Sabían que Dios ahora había permitido que los gentiles se volvieran a Él, y que Él les había dado vida espiritual.

El evangelio se propagó desde Jerusalén hasta Antioquía. El terrible problema que comenzó cuando mataron a Esteban hizo que algunos cristianos fueran a Antioquía y predicaran a Cristo a los gentiles. A los gentiles se les permitió escuchar las buenas nuevas acerca de Jesús. Muchos de ellos ponen su fe en el Señor. Cuando la noticia de lo que estaba pasando llegó a la iglesia de Jerusalén, enviaron a Bernabé a Antioquía para animar a los hermanos. Se regocijó en lo que vio.

Bernabé se dio cuenta de que necesitaba ayuda en este trabajo, así que envió a Tarso a buscar a Saulo. Se reunieron con la iglesia durante todo un año y enseñaron a muchas personas. Allí en Antioquía los seguidores del Señor fueron llamados cristianos por primera vez. Estas personas no solo fueron "llamadas cristianas", sino que actuaron como deben hacerlo los cristianos. Cuando se enteraron de una terrible hambruna, los hermanos de Antioquía decidieron enviar toda la ayuda que pudieran a los cristianos de Judea. Enviaron esta ayuda a los ancianos por mano de Bernabé y Saulo.

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