Ejemplos Bíblicos de Conversión Hechos Ocho

En el capítulo ocho de Hechos comenzamos a observar la difusión del evangelio en Judea y Samaria. Jesús había dicho: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. " ( Hechos 1:8 ) Al comenzar este capítulo aprendemos que Saúl estaba presente dando su aprobación a la muerte de Esteban.

La muerte de Esteban fue el comienzo de la tercera persecución judía. Saúl fue prominente en esta persecución. Sacó a los cristianos de sus hogares y los metió en prisión. ( Hechos 8:3 )

Esta persecución llevó a que la iglesia se dispersara. "Los que estaban esparcidos iban por todas partes predicando la palabra". ( Hechos 8:4 ) Los apóstoles se quedaron en Jerusalén y otros cristianos iban por todas partes predicando la palabra. La persecución nunca debe alejarnos de nuestro trabajo, pero posiblemente puede hacer que trabajemos en otro lugar.

Los que conocen el evangelio y tienen a Cristo en sus vidas no pueden ser silenciados. “Entonces Felipe descendió a la ciudad de Samaria, y les predicaba a Cristo”. ( Hechos 8:5 ) Muchos samaritanos creyeron y fueron bautizados. Simón estaba entre ese número. Pedro y Juan fueron a Samaria y transmitieron dones espirituales mediante la imposición de manos. Simon trató de comprar el poder para poder hacer lo mismo. Pedro le dijo que su corazón no era recto a los ojos de Dios. Animó a Simón a arrepentirse y orar a Dios por perdón.

Después de los grandes acontecimientos en Samaria, se le dijo a Felipe que bajara por el camino de Jerusalén a Gaza. Allí conoció al tesorero de la reina Candace de Etiopía. El hombre estaba leyendo un pasaje de Isaías 53:1-12 pero no entendió lo que leía. Invitó a Felipe para que le enseñara acerca de esta Escritura.

Felipe procedió a predicarle a Jesús. ( Hechos 8:35 ) Cuando llegaron a cierta agua, el eunuco quiso ser bautizado. Tras una simple confesión de fe en Jesús, fue bautizado en Cristo. El eunuco salió del agua regocijándose como un hombre salvado. Felipe subió para continuar predicando a Jesús a los demás. ( Hechos 8:39-40 )

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