Jonás huye de Dios

Jonás

Entre los libros de los "profetas menores", Jonás es probablemente el más conocido. Este libro nos permite observar las muchas emociones humanas de un hombre que quiere hacer lo correcto pero lucha con sus propios deseos egoístas. Al principio se representa a Jonás como un hombre que se resiste a la voluntad de Dios. No le gustó lo que Dios le dijo que hiciera. No tenía sentido para él que Dios estuviera preocupado por una ciudad gentil y malvada. Huyó de su deber hacia Dios y su rebelión trajo tragedia a su vida.

La obra que Dios pretendía para Jonás era sencilla. Dios le dijo: "Levántate, ve a Nínive, esa gran ciudad, y clama contra ella, porque su maldad ha subido delante de mí". Los pecados de Nínive los habían llevado casi al punto de la destrucción. Su única esperanza para evitar la ira de Dios era el verdadero arrepentimiento.

Jonás se resistió a hacer lo que Dios le dijo. Huyó de Dios solo para ser tragado por un "gran pez". Jonás trató de huir de sus responsabilidades con Dios y con el hombre y ver cómo resultaron las cosas para él. Pasó tres días y tres noches en el vientre de este pez. Esto se usó como un "tipo" de lo que más tarde le sucedería a Jesús. ( Mateo 12:40 ) Después de ser liberado por ser vomitado en tierra seca, Jonás hizo lo que se le dijo al principio. Predicó, el pueblo se arrepintió y Dios extendió Su misericordia.

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