El gran mandamiento y una pregunta imposible Mateo 22:34-46 : Los fariseos Jesús preguntó sobre el gran mandamiento. Él les dio eso y más. "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento.

Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” ( Mateo 22:37-39 ) El abogado y otros fariseos se quedaron sin palabras ante el rey porque se dieron cuenta de que estaban violando no solo el primer y gran mandamiento, pero el segundo también.

Los fariseos se quedaron boquiabiertos ante el rey cuando les hizo preguntas acerca de David. Jesús preguntó: "¿Qué pensáis de Cristo? ¿De quién es hijo? Le dicen: Hijo de David". ( Mateo 22:42 ) Entonces dijo: "Pues si David le llama Señor, ¿cómo es Él su Hijo?" ( Mateo 22:45 ) Jesús preguntó cómo el Mesías podía ser tanto el hijo de David como el Señor de David.

Su falta de comprensión del Mesías, quién era Él y cuál es Su obra, hizo imposible responder a estas preguntas. A partir de ese momento nadie "se atreve a cuestionarlo más". ( Mateo 22:46 ) ¡Se quedaron sin palabras!

Nosotros también nos quedaremos sin palabras ante el Rey en el juicio si no llegamos a ser cristianos ( Hechos 2:38-41 ), o si no hemos desarrollado y mantenido actitudes cristianas y fidelidad en la vida. ( Mateo 5:8 ; 1 Corintios 15:58 )

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