Llorando por Jerusalén

Nehemías

Nehemías se sintió desesperado por la condición de Jerusalén. El libro de Nehemías es parte de la historia del regreso de los judíos a Jerusalén después del cautiverio en Babilonia. Este regreso implicó la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén, la reconstrucción del Templo y la restauración de la verdadera adoración al Dios Todopoderoso. Esdras, el sacerdote, dirigió un regreso a Israel para restaurar la adoración en el templo reconstruido en Jerusalén. Nehemías, quien fue contemporáneo de Esdras, encabezó otro regreso.

Fue copero del rey Artajerjes. Regresó para reconstruir los muros alrededor de Jerusalén. Nehemías hizo más que reconstruir el muro, ayudó a restaurar al pueblo de la desesperación a un nuevo caminar con Dios. La reconstrucción de la ciudad y del Templo fue muy importante porque fue en Jerusalén y en el Templo que Dios prometió reunirse con el pueblo de Israel.

Jerusalén estaba en ruinas pero con la ayuda de Dios, un buen liderazgo y la voluntad de trabajar el muro, la ciudad y el Templo fueron reconstruidos. El libro de Nehemías es la historia de un nuevo comienzo. Nos ayuda a ver que se pueden salvar vidas de la ruina. En el libro de Nehemías vemos el valor de depender del poder y la bendición de Dios en lugar de la sabiduría humana. Sin la parte de Dios, este proceso de reconstrucción nunca podría haber tenido lugar.

El libro de Nehemías nos enseña que con la ayuda de Dios podemos cambiarnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. En este tiempo los muros de Jerusalén fueron derribados y las puertas quemadas a fuego. Era hora de reconstruir. Para cumplir con esta gran tarea de reconstruir, Nehemías oró. Mientras oraba (1) se enfocó en el carácter de Dios, (2) se arrepintió de sus pecados personales, (3) recordó las preciosas promesas de Dios y (4) pidió ayuda para comenzar esta gran obra.

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