Israel está condenado a causa del pecado

-- Oseas Trece --

Esta sección nos recuerda nuevamente cómo aquellos que temen a Dios y lo obedecen son bendecidos. También se nos recuerda lo contrario, el pecado trae ruina y miseria. El principio siempre será verdadero, obedecer a Dios y ser bendecido; desobedecer y sufrir las consecuencias. Efraín o Israel es un ejemplo vívido de esta verdad. Obedecieron y recibieron tremendas bendiciones de Dios. Más tarde, su desobediencia les trajo una pérdida terrible.

El hecho de que Dios haya sido tan bueno con Israel hace que la culpa de su pecado y desobediencia sea aún peor. Dios los había bendecido abundantemente y ellos habían abusado vergonzosamente de Su bondad. La desobediencia los llevó a enfrentar un severo castigo de manos de su propio Dios amoroso. Se destruyeron a sí mismos con la desobediencia. Sin embargo, si se arrepintieran, Dios aún los perdonaría y protegería como ningún otro podría hacerlo. Lamentablemente, Israel no se arrepintió sino que actuó como un niño rebelde.

Aun así, Dios prometió rescate y rescate a Su pueblo como si los resucitara de entre los muertos. Sin embargo, sus pecados los llevan a un punto de calamidad nacional. "Samaria quedará desolada, porque se rebeló contra su Dios; caerán a espada; sus niños serán estrellados, y sus mujeres encintas serán destrozadas". ( Oseas 13:16 )

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