Entonces el semblante del rey cambió.

Todos quedaron sobrios en un instante. El rey, tan audaz. momento antes, está pálido y tembloroso. Sus rodillas chocan y todo su cuerpo tiembla de terror. No es sólo la vista maravillosa, como ningún hombre ha visto antes, sino la conciencia de su propio pecado. Acaba de insultar a Jehová, de cometer un sacrilegio, y el terrible presagio significa un terrible juicio sobre él. Este es el pensamiento que lo hace temblar de terror. ¿Qué puede ser la importación?

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