José tenía treinta años cuando se presentó ante Faraón.

Julio César, al contemplar la imagen de Alejandro en el templo de Hércules en Gades, lloró porque no había hecho nada digno en aquellos años en que Alejandro había conquistado el mundo. He aquí, José a los treinta años mostró más sabiduría y virtud que cualquiera de ellos.-- Trapp.

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